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Como hemos podido comprobar existen multitud de tratamientos alternativos a la cloración para nuestra piscina. Todos ellos son muy válidos y presentan una serie de ventajas que aportan un gran salto de calidad a la hora del disfrute del baño y también del mantenimiento de la misma pudiendo ahorrarnos mucho tiempo, dinero y complicaciones o dificultades a la hora de tener nuestra piscina a punto y libre de los tópicos problemas de aparición de algas, cloraminas, olores, irritaciones etc.

¿Qué debemos valorar entonces a la hora de elegir el tratamiento más adecuado para nuestra piscina? Debido a que todos los tratamientos con los que Hidritec trabaja son apropiados para cualquier tipo de piscina es necesario considerar una serie de factores importantes para sacarle el máximo partido a nuestra elección. Vamos a analizar paso a paso todas las posibilidades para saber cuál de ellas es la que realmente estamos buscando en nuestra piscina.

Tratamiento tradicional con cloro mediante dosificación manual

Ya sea con hipoclorito sódico, hipoclorito cálcico, dicloro o tricloro. La dosificación del cloro y el ácido se realiza de forma aproximada y no es necesaria ninguna inversión inicial. Sin embargo el control de los parámetros de calidad de la piscina es difícil de controlar por lo cual nos vemos obligados a usar otra serie de productos químicos como antialgas, floculantes, correctores de ph sin poder asegurar para nada que nuestra piscina está correctamente tratada. Si además la piscina es exterior, expuesta a la luz solar, instalada en un ambiente de mucha vegetación y con una afluencia de bañistas variables, la opción de controlar la piscina correctamente puede llegar a ser prácticamente imposible acarreando un gran número de complicaciones y gasto en productos quí­micos que casi nunca van a solucionar el problema. Este caso no es aconsejable para ningún tipo de piscina, sea cual sea su uso y tiempo de disfrute por lo que Hidritec aconseja otras opciones.

Dosificación automática de cloro y PH

La diferencia respecto al anterior es que en este caso disponemos de unas bombas que dosifican una cantidad constante en el tiempo de cloro y ácido, cantidad que el operario puede controlar manualmente para intentar ajustar los niveles de cloro y pH de la piscina a unos valores apropiados. La ventaja respecto al anterior tratamiento es que en este caso la dosificación es continuada en el tiempo con lo cual facilita un poco más el control de la piscina. Sin embargo, existen variaciones en el entorno de la piscina que dependen del número de bañistas, temperatura, carga orgánica que pueda haber. Debido a esto, la demanda de cloro no es constante en el tiempo, lo cual dificulta el control de los parámetros de desinfección de la piscina. Este tipo de tratamiento ya supone un pequeño desembolso inicial aunque nos asegura un pequeño control de la piscina. Es compatible con otro tipo de tratamientos.

Dosificación mediante control automático de cloro y PH

Este tratamiento supone un paso respecto a los anteriores y no es incompatible con otros tratamientos. Mediante una sonda de cloro libre y un electrodo de pH se determinan los niveles de concentración en la piscina. Estas medidas son analizadas por un controlador donde el operario habrá establecido unos valores de consigna óptimos de cloro libre y pH. El controlador actúa sobre unas bombas dosificadoras proporcionando la cantidad exacta para conseguir los valores adecuados en un tiempo de respuesta muy corto. De esta forma se consigue que el tratamiento con cloro sea lo más eficaz y controlado posible. Para un tratamiento con cloro es la mejor solución posible, aunque evidentemente también la más cara. Es muy apropiado para piscinas públicas o de gran volumen, incluso se podrí­a decir que es el tratamiento más lógico y casi obligado si estamos hablando de dosificación de cloro. No es excluyente para piscinas privadas de pequeño tamaño aunque sí­ supone un coste añadido en la piscina que puede hacer que nos decantemos por otro tipo de tratamientos como la cloración salina, la ionización cobre plata, el tratamiento con ultravioleta o el ozono. Nos permite ahorrarnos todos los quebraderos de cabeza en el control de la piscina sin evitar las desventajas de una cloración tradicional.

Ionización cobre plata

Consiste en la producción mediante un equipo adecuado de iones cobre y plata que realizan por un lado, una función antialgas y desinfectante, y por otro lado, una función floculante. De esta forma conseguimos aumentar el rendimiento de los filtros evitando el uso de floculantes y logrando una transparencia del agua muy buena, y además de esto, evitar el uso de antialgas y disminuir considerablemente el gasto de cloro y ácido. Es un tratamiento muy adecuado para piscinas exteriores privadas que pueden tener mayor problema de algas. Además el coste de este tipo de tratamiento no es excesivo. Es por tanto un tratamiento a considerar para una pequeña piscina exterior en la que queramos dar un gran salto de calidad en el agua de la piscina sin realizar una inversión económica tan importante como la que requieren otros tratamientos. Como hemos visto, el uso de la ionización cobre y plata supone un gran ahorro de cloro y ácido, pero no lo elimina. Por tanto es necesario compaginar este tratamiento con alguno de los anteriores siempre teniendo en cuenta que será mucho más fácil controlar el cloro si ya tenemos otro agente desinfectante en la piscina y si el consumo es mucho más reducido.

Cloración salina

Mediante este sistema, mediante sal común disuelta en la piscina y electricidad el equipo genera in situ una corriente de cloro exenta de agentes estabilizantes y productos químicos. La gran ventaja fundamental de este sistema es la supresión de gasto de hipoclorito, por tanto la inversión que se realiza es inicial olvidándonos posteriormente de comprar cloro para nuestra piscina. Sin embargo sigue siendo necesario un control de pH, necesario en todo tratamiento basado en el cloro. La producción de cloro del equipo puede ser regulada manualmente como si una bomba dosificadora se tratase, o bien puede acompañarse de una sonda y controlador para obtener la producción adecuada. Este sistema es adecuado cuando queramos olvidarnos de una vez por todas de la dosificación de cloro, de la manipulación de este producto tóxico o de aquellos casos en los que el gasto de cloro nos parezca excesivo, ya sea porque la utilizamos durante gran parte del año, o bien por factores externos. En cambio, no es el tratamiento adecuado para aquellos usuarios que buscan eliminar las molestias del cloro en la piscina, olores o irritaciones ya que aunque la cloración salina suponga una mejora en el tratamiento tradicional con cloro, el elemento desinfectante sigue siendo el mismo.

Cloración salina + ionización cobre plata

Ideal para usuarios de piscinas privadas exteriores que requieran una calidad de agua excepcional con un mantenimiento muy reducido. Si además combinamos este tratamiento con un controlador automático de producción de cloro y dosificación de ácido podemos olvidarnos prácticamente de las preocupaciones que pueda darnos nuestra piscina.

Ozono

Como desinfectante es sin duda la mejor opción posible. Por sí­ solo es un floculante natural además de un potente antialgas, con lo cual ya nos está suponiendo un ahorro de mantenimiento en productos quí­micos. Posee un poder de esterilización unas tres mil veces superior al cloro destruyendo un número mucho más elevado de microorganismos que el cloro no puede eliminar. Además, no deja residual quí­mico ya que dura disuelto en el agua entre 20 y 30 minutos. Elimina los problemas tí­picos del cloro como pueden ser irritaciones, escozores o malos olores sin dejar ningún tipo de subproductos ya que finalmente se descompone en oxígeno colaborando a oxigenar las instalaciones. Debido a que el ozono tiene un efecto breve en el agua, de unos 20 minutos, es necesario añadir un pequeño residual de cloro. Pero no nos confundamos, este tratamiento no es un complemento a la cloración, es una alternativa. El hecho de añadir una pequeña cantidad de cloro libre no quiere decir que vayamos a tener los problemas que normalmente el cloro nos produce. Por un lado, la cantidad añadida serí­a de apenas un 5% respecto a la usada normalmente. Por otro lado, hay que recordar que los problemas del cloro en la piscina surgen de la formación de compuestos organoclorados que el ozono destruye inmediatamente. Por tanto, en un tratamiento con ozono evitamos el cloro combinado en la piscina responsable del mal olor, irritaciones y que apenas tiene propiedades desinfectantes. Es decir, esa pequeña cantidad de cloro a añadir la tenemos en la piscina como cloro libre aportando un pequeño residual desinfectante inapreciable en el baño. Supone sin duda una excepcional opción de tratamiento y no es exclusiva para piscinas públicas o de gran tamaño sino que es perfectamente aplicable a pequeñas piscinas particulares. No cabe duda que supone una inversión algo mayor que el resto de tratamientos, pero el salto de calidad es enorme siendo su uso todo ventajas. Dentro de este tratamiento, puede controlarse el nivel de ozono en la piscina mediante sistemas de control similares a los usados para el tratamiento con cloro actuando sobre la producción del equipo para obtener los niveles de concentración adecuados desde un punto de vista de seguridad y de calidad del agua.

Ozono + ionización cobre plata

Habíamos visto que el ozono es el mejor aliado para el tratamiento de la piscina debido a su alto poder desinfectante y oxidante en un espacio de tiempo muy reducido. Su única pega respecto al cloro es su corto periodo de permanencia en el agua con un tiempo de vida media de aproximadamente 25 minutos, debido a ello es necesaria la adición de algún residual desinfectante para asegurarnos una depuración correcta. Generalmente suele hacerse con una pequeña cantidad de cloro que será inapreciable para el bañista pero nos asegurará una calidad de agua excelente. Sin embargo, una adición de cloro origina cambio en el pH por lo cual a esa cantidad de cloro a añadir corresponde otra pequeña cantidad de ácido para el control del pH.

Así que si lo que queremos es evitarnos el engorroso y a veces poco seguro, manejo del cloro, el ácido y cualquier tipo de producto químico y estamos dispuestos a realizar una inversión de calidad en nuestra piscina, el tratamiento con ozono más iones cobre y plata es el más adecuado. Mediante este tratamiento, los iones cobre y plata nos proporcionan el efecto bactericida residual suficiente para ser combinado con el poderoso poder oxidante del ozono. De esta forma, evitando el cloro mantenemos constante el pH no siendo necesaria su regulación y evitando el empleo de ácidos y correctores de pH. Por tanto, no habría producto quí­mico a usar y los elementos desinfectantes estaráan producidos por los equipos instalados, por una parte, el generador de ozono alimentado de aire ambiental y por otro lado el ionizador de cobre y plata mediante los electrodos correspondientes. Este sistema supone, sin ningún tipo de dudas, la mejor alternativa posible para tratar una piscina privada.