Usted está en: ¿Cuánta agua hay?

Suena el despertador a las seis y veinte, como cada mañana, y José se dispone a iniciar un nuevo día. Se dirige al lavabo abriendo el grifo de agua fría para refrescarse y enjuagar sus ojos aún semicerrados. Cuando lo consigue, toma su cepillo de dientes, mientras litros y litros de agua se van por el desagüe. Con calma y tranquilidad, que por algo le gusta levantarse con tiempo, se va por su maquinilla de afeitar y rasura su barba aclarando la cuchilla con ese enorme e infinito caudal de agua que sale por ese milagroso grifo. Ya es la hora de la ducha, y no hay nada como la sensación de sentir litros y litros de agua deslizarse por su piel durante al menos quince minutos.

No cabe duda, que nuestro José, buena persona al fin y al cabo, desconoce la disponibilidad de agua potable para la población mundial y como mucha gente, se piensa que el agua es un recurso inagotable, barato y que por tanto podemos disponer de él todo lo que nos plazca. ¿Es realmente así? Detengámonos a analizar cuánta agua tenemos.

AguaEn primer lugar conviene saber qué el agua es un compuesto cuya molécula está formada por dos átomos de hidrogeno y uno de oxígeno. ¿Son estos elementos difíciles de encontrar en el universo? La respuesta es no, de hecho los elementos más abundantes en el universo son, por orden, el hidrógeno, helio, oxígeno y neón pero como el helio y el neón son gases nobles y no pueden formar compuestos, únicamente nos queda el hidrógeno y el oxígeno, que como habíamos visto, juntos forman la famosa molécula de agua, por lo que podemos predecir, y sin duda es así, que el agua es el compuesto más abundante en el universo (vamos bien).

Y ahora que sabemos que existe agua en gran cantidad, cabe preguntarse dónde se encuentra concentrada esta agua. Si miramos al cielo en una noche despejada escudriñando el universo vemos una miríada de estrellas y con un poco de fortuna uno de los ramales de la vía láctea, la galaxia en la que vivimos. ¿Hay agua en las estrellas? Es evidente que la respuesta es rotundamente no, ya que el calor que generan disocia la molécula en hidrógeno y oxígeno haciendo inviable que contengan cualquier forma de agua.

¿Y que hay de los cuerpos pequeños como asteroides, ciertos satélites, pequeños planetas? En estos casos la fuerza gravitatoria de estos cuerpos no es lo suficientemente fuerte para sujetar la ligera molécula de agua, y únicamente permanecería una pequeña cantidad ligada por fuerzas químicas a la corteza rocosa.Disponibilidad de agua

¿Dónde tenemos toda esa cantidad de agua entonces? La respuesta es fácil, fundamentalmente dispersa por el universo formando nubes y concentraciones de agua, también contenida en cometas cuando están a una distancia tan lejana de las estrellas, que el poco calor que reciben impide que el agua en forma de hielo se evapore escapando al espacio exterior, y finalmente, en cuerpos de mediano o gran tamaño cuya gravedad permite retenerla como son planetas de un tamaño ya considerable como la Tierra.

Además de esto, nuestro planeta posee la temperatura ideal para que coexista el agua en sus tres fases sin que haya cambios muy bruscos de temperatura, gracias a todo esto tenemos agua disponible. Y vaya que si tenemos agua, la superficie de la Tierra está cubierta de unos 205 millones de kilómetros cuadrados de agua englobados en un gran océano que representa más del 71% de la superficie total del planeta, únicamente el 29% restante es la tierra por la que caminamos. Pero no sólo la superficie cubierta de agua representa unos datos escalofriantes, si tenemos en cuenta el volumen de esta agua considerando una profundidad media de 3.750 metros (casi nada) estamos hablando de un volumen de agua de 524 millones de kilómetros cúbicos, que expresados en litros serían 524•1018, o lo que es lo mismo: ¡524 seguido de 18 ceros!. Representa por tanto el agua de los océanos un 97,2% del agua total del planeta y cada año se evaporan del mar unos 128.000 Km3 de agua que posteriormente se precipitan de nuevo en forma de lluvia o nieve. Gracias a eso podemos tener unos 320.000 Km3 de agua bajo la superficie de los continentes y unos 48.000 Km3 sobre la misma, en forma de ríos y lagos. Como vemos, hay mucha agua en la Tierra, y podríamos decir que en su superficie es realmente el único líquido que existe en cierta cantidad. Desgraciadamente, no toda esta agua de la que disponemos es apta para el consumo humano, ya que la que se encuentra en los mares tiene un contenido de sales demasiado elevado, esto es debido a que durante todo el desarrollo de la historia de nuestro planeta, mientras el ciclo del agua se repetía una y otra vez evaporándose fundamentalmente del mar y precipitándose de nuevo formando ríos en tierra firme, al paso por su cauce fueron erosionando la roca y disolviendo todo tipo de sustancias arrastrándolas al mar y aumentando poco a poco a lo largo de los millones de años su concentración salina.

lago

¿Qué nos deja esto? Pues un simple 2,5% de agua dulce respecto a la cantidad total que teníamos en la Tierra. Sin embargo, no toda cantidad de agua se encuentra accesible ya que el 70% de la misma está congelada y concentrada en los casquetes polares por lo que nos queda un 0,75% de agua dulce en estado líquido. Desgraciadamente tampoco esta cantidad se encuentra disponible ya que la mayor parte de ella se encuentra formando parte de la humedad de la tierra y otra parte se encuentra en lugares a gran profundidad o totalmente inaccesibles dando lugar únicamente a un 0,0025% de agua potable accesible y de la que poder disponer para uso humano.

Por tanto podemos estar contentos de que la naturaleza nos haya otorgado la suerte de disponer en cantidad suficiente de un compuesto indispensable para la vida y con unas propiedades milagrosas, de un planeta que reúne de una forma exacta y milimétrica las condiciones exactas para poder, no sólo disponer de esta maravilla llamada agua, sino de además poseerla en su estado más preciado, el estado líquido. Sin embargo, como vemos, sólo el 0.0025% de esta agua cubre nuestras necesidades. El aumento demográfico y la contaminación progresiva de nuestros recursos, así como su sobreutilización, están provocando que esta cifra, ya de por sí mínima, descienda cada año más y más hasta el punto de que en ciertas áreas de nuestro planeta, el agua potable comienza a ser un bien escaso y muy preciado. Si seguimos este camino, para el año 2025 dos de cada tres personas en el mundo vivirán en un estado de déficit hídrico no disponiendo de la cantidad suficiente de agua para consumo. Depende de todos nosotros mantener estos recursos mediante una adecuada utilización y gestión de los mismos.